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Don Romeo Ferrandi  

 

 

 

"EL RETIRO"

 

 

 

Don Romeo Ferrandi.

Doña Rosa Laureri de Ferrandi.

 

 

En todas las poblaciones argentinas, existe una especie de patriarca civil que, por imperio de las circunstancias, de su capacidad o de sus entusiasmos y medios se constituye en el centro de inúmeras actividades y cuyo nombre está íntima e indisolublemente ligado al progreso y desenvolvimiento de los pueblos, en la etapa de su fundación. En Punta Alta, esta personalidad es, sin disputa alguna, la del señor Romeo Ferrandi.  

Siendo la historia de su vida proficua en acontecimientos, luchas y aportes al adelanto colectivo en todas sus manifestaciones, nos limitaremos a reseñar en forma sintética su actuación, sin detenernos a analizarla en detalle, dejando establecido que no existe iniciativa alguna de progreso en Punta Alta que no haya contado al señor Romeo entre sus más entusiastas propulsores.

 Don Romeo Ferrandi nació en Italia el día 21 de octubre de 1865, contando pues en la  actualidad 76 años de edad.

 Muy niño aún, en 1868, fue traído por sus padres a este país que debía ser el escenario definitivo de su laboriosidad y de sus éxitos.

 Concretándonos a la historia local el señor Ferrandi llegó a la zona en el año 1888, en la plenitud de sus años mozos, actuando primeramente en la ciudad de Bahía Blanca, de cuyo comercio, entonces en plena ebullición formó parte, figurando entre otras en aquella vieja y prestigiosa firma que se llamo Ferrandi y Tellarini.

 Hombre de largas vistas, tuvo la sensación anticipada del porvenir que aguardaba a la incipiente Punta Alta y fue así que ya en 1902 extendió sus actividades a esta ciudad en la que se radicó definitivamente.

 Fue tan exitosa su actuación comercial en este medio, que llego a constituir la mas alta entidad en ese orden en el ambiente regional.

 Enamorado de la pequeña población, puso en ella todos sus afanes, sus esfuerzos y sus esperanzas, y, con rara perseverancia, proclamó sin desmayos el alto porvenir de Punta Alta, frente al pesimismo o las dudas de quienes, en ciertas circunstancias, imaginaron un pueblo estacionario.

 Después de una vida activísima de la que tienen recuerdo cuantas personas desfilaron o vivieron en Punta Alta hasta el año 1924, el señor Ferrandi, en ese mismo año se retiró de los negocios a su residencia de "El Retiro". En ella, lejos de la fiebre mercantil diaria, consolida su situación económica y pasa a disfrutar de la apacible tranquilidad de un hogar que constituye una hermosa tradición en Punta Alta.

 Desde el año 1902 hasta el presente, no ha habido obra o gestión de progreso para esta ciudad, en la que no fuera destacada la intervención y el apoyo moral y material de este caballero intachable que hizo de su vida un ejemplo de altísima moral. Fue así que su casa fue el punto de reunión y de homenaje de cuantas personalidades visitaron a Punta Alta en tan largos años, y el señor Romeo Ferrandi y su esposa doña Rosa Laureri de Ferrandi, tuvieron como huéspedes de su mansión hasta a los primeros Magistrados de la Nación y altos dignatarios de la Iglesia.

 Punta Alta, con su respeto y consideración, sanciona de continuo esas hermosas cualidades que hicieron la personalidad del señor Ferrandi, habiéndole convertido en su patriarcal vecino y teniéndolo como figura consular en su digna ancianidad.

 Don Romeo Ferrandi no supo sino sembrar afectos sin despertar jamás la enemistad o el encono; hay para él el cariño de todo un pueblo que sabe puede presentarlo como una historia viviente de su desenvolvimiento y como una enseña de hombre de bien.

 Detallar su obra seria enumerar cuanto acontecimiento se produjo en Punta Alta desde su llegada y puede concretarse sencillamente con decir que don Romero Ferrandi ocupó siempre un lugar de primera fila  en los esfuerzos y en las obras colectivas.

 Su señora esposa, doña Rosa Laureri, digna compañera de tan esclarecido vecino, fue y es la dama distinguida a quien, las exigencias de la sociabilidad y la beneficencia no impidieron, sin embargo, que fuera la esposa ejemplar y las madre virtuosa que supo levantar un lindísimo hogar rodeado de afectos.

 

 


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