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Señor José M. Larrea.

 

 

 

Señor José Miguel Larrea.

 

Allá por el año 1898, fundación de Punta Alta, llegaron a la estación San Román dos "vasquitos", dispuestos a trabajar. Uno de ellos, de 17 años, era don José Miguel Larrea.

 

Es hijo de don Juan Domingo y doña Josefa Izaguirre, habiendo nacido el día 11 de enero de 1881, en San Sebastián.

 

Al día siguiente de su llegada, empezó a trabajar como ovejero en "El Deseo", de Hardoy, donde estuvo por espacio de ocho años, llegando a ser habilitado en la majada. En 1909 se trasladó a Punta Alta iniciando un reparto de leche en el pueblo. Al año adquiría ya el tambo con todas sus existencias propiedad de Speroni, y se dedicó sin interrupción a la explotación de la industria lechera, en que continua como gran productor, teniendo siempre un importante reparto en Punta Alta.

 

Como fruto de su trabajo y de su virtud de ahorro, adquirió un campo de 203 hectáreas que formaba parte del antiguo establecimiento de Santamarina, donde edificó de inmediato la casa habitación y levantó todas las instalaciones necesarias para facilitar el desarrollo de su industria de tambo.

 

Más tarde compró otra fracción de tierra de 300 hectáreas, ubicadas precisamente en el lugar donde se había proyectado, con miras a la especulación que siguió a la fundación de Puerto Militar, la creación del pueblo Belgrano.

 

No tan sólo dedica don José sus energías a la explotación del importante tambo que cuenta con cerca de 160 vacas lecheras, sino que destina parte de sus tierras a la siembra de cereales y a la formación de pastos finos para la hacienda.

 

Aparte de los campos que logró adquirir a través de tantos años de trabajo y esfuerzo, el señor Larrea es propietario de varias casas de renta y terrenos ubicados en las calles Brown, Pellegrini y Rosales, de Punta Alta.

 

 

Un lote de vacas lecheras en el corral.

 


 

 

Señor Antonio García

 

    

Señor Antonio García.

Señor Estéban García.

 

 

Es uno de los hijos del matrimonio formado por don Esteban García y doña Fulgencia Carrasco, españoles, que se establecieron en Punta Alta por el año 1911.

 

Fue don Esteban un temperamento emprendedor e incansable, que luchó sin desmayo en procura de un mejor bienestar y al que solo la muerte, ocurrida en 1940, pudo vencer en su actividad.

 

El señor García, después de trabajar como jornalero en las obras de Puerto Militar y Arroyo Pareja, empezó a independizarse modestamente, iniciándose en la compra venta de hacienda porcina. Poco a poco sus transacciones fueron adquiriendo mayor importancia, hasta que ya en el año 1930 instalo un criadero de cerdos en la calle Mitre, en las afueras de la población.

 

El terreno que ocupa el criadero, en el que se levantaron todas las instalaciones necesarias para tal industria, está ubicado en la quinta N.° 20, y fue comprado al señor Santiago Labarrére en el propio año de 1930.

 

 

Un lote de cerdos en el chiquero preparados para engorde.

 

Al fallecer el activo don Esteban, quedó al frente de la explotación porcina el hijo señor Antonio García, hecho en la escuela de actividad del padre, y que ha dado al negocio un nuevo y más intenso empuje, secundado por su hermano Juan.

 

En efecto, con el camión especial para el transporte de cerdos, el señor Antonio García recorre los establecimientos del campo adquiriendo animales escogidos, que luego son sometidos a un adecuado tratamiento; de engorde en el criadero, hasta prepararlos para su venta directa a los frigoríficos para ser faenados.

 

También se dedica el criadero a la producción de lechones, de los cuales coloca en el

mercado considerables cantidades durante el año, tanto para el consumo local como regional.

 


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