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Doña Eulalia U. de Ederra
Don
Manuel Ederra con el traje tipico de antaño. |
Doña
Eulalia U. de Ederra. |
Con justo titulo de primeros pobladores y adelantados de la colonización en la zona de Punta Alta y Bajo Hondo, puede designarse el apreciado matrimonio español formado por don Manuel Ederra, ya fallecido, y doña Eulalia Usoz, que sigue con su temple enérgico y bondadoso viviendo en el mismo campo donde pasó la mayor parte de su fecunda existencia.
En efecto, el señor Manuel Ederra espíritu fuerte y audaz, nacido en Izaba, Navarra, llegó a la Argentina cuando ésta ofrecía a los temperamentos arriesgados y trabajadores una cantidad ilimitada de posibilidades de progreso, siempre que dejaran las molicies de las ciudades para internarse en el campo.
Ya en 1880, don Manuel se inició con una majada de ovejas, principal industria agropecuaria de aquel entonces y a la que permaneció fiel toda su vida.
Por su parte doña Eulalia, también navarra, de Linzuain, llegó a nuestro país el año 1885, directamente a Bahía Blanca, donde residían algunos familiares.
El matrimonio de doña Eulalia con don Manuel se efectuó en Bahía Blanca un año después, o sea el 17 de marzo de 1886, en el antiguo templo.
Desde un año antes, 1885, el señor Ederra ya se estableció en el paraje situado entre Bajo Hondo y Punta Alta o sea el campo de Santamarina donde arrendó una superficie de 2.000 hectáreas, poblándola con ovejas y mejorando continuamente los pastos silvestres de aquel entonces, constituidos en gran parte por el olivillo. De su apego al campo que arrendó en la zona, da buena prueba el hecho de que lo ocupó por espacio de treinta años consecutivos y cuando se fraccionó, la familia adquirió una buena porción del mismo.
Don
Manuel Ederra (h.). |
Señora
Basilisa Conget de Ederra. |
Al establecerse en un campo bruto, abierto por todos los rumbos, tuvo que levantar las instalaciones, alambrar, etc. dando así un ejemplo de laboriosidad y de perseverancia que fue prontamente imitado por otros criadores de ovejas.
Fue don Manuel un gran amigo de los indígenas que poblaban la zona, Ancalao, Linares, etc. quienes encontraron en el carácter franco, honrado y noble de don Manuel a un verdadero consejero, a quien apreciaban y respetaban.
Cuando, andando los años, penetró la agricultura en los campos de Bajo Hondo, también don Manuel se dejó atraer por el arado y dedicó una parte de sus tierras a la siembra de cereales, pero siendo siempre su ocupación predilecta la cría de lanares.
Al subdividir el campo en el año 1916, ya fallecido don Manuel, su esposa doña Eulalia y sus hijos adquirieron parte del campo que ocupaban, donde tenían su propia casa habitación, consistente en una fracción de 400 hectáreas, convirtiéndose así de arrendatarios en propietarios de una tierra que habían trabajado por espacio de treinta años seguidos.
Vista de la casa habitación.
Don Manuel Ederra falleció rodeado de la consideración y del aprecio general, en Bahía Blanca el día 5 de julio de 1909, tras una vida de verdadero provecho para si, su familia y el país al que tan noblemente ofrendo lo mejor de sus energías.
Del matrimonio de don Manuel Ederra con doña Eulalia Usoz, nacieron los hijos: Antonio, casado con doña Basilisa Nicolau; Tomás, casado con doña Isaura Ederra; Manuel, casado con doña Basilisa Conget; Josefa, casada con don Alfredo Crespo; Maria, casada con don Demetrio González; Eulalia, casada con don Adolfo Gallego y Modesto, casado con doña Felisa Sarrube.
A la hora de escribir esta crónica, doña Eulalia tiene el gusto de poder contar un total de 21 nietos que la rodean y quieren.
Está al frente de la explotación agrícola ganadera, el hijo señor Manuel Ederra, que hecho en la escuela de laboriosidad del padre, sigue sus huellas y forma parte de cuanta iniciativa útil se promueve en beneficio de Bajo Hondo, siendo asociado de "El Porvenir" y de la Sala de Primeros Auxilios.
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