Pág. 76 |
Señor Federico Gonzáles Diez
Don
Federico González Diez. |
Doña
Maria Teresa Coulembier de González Diez. |
En la zona en que actúa el señor Federico González Diez, o sea en Paso Mayor, ha logrado conquistar un prestigio y un ascendiente que dice bien a las claras de su temperamento trabajador, de su cultura y de su carácter franco y bondadoso.
Es el señor González Diez español de origen, nacido en Burgos el día 25 de enero de 1879, hijo de don Cesáreo y de doña Maximina Diez.
Cuando llegó a la Argentina, en el año 1894, se dirigió directamente a Puán, donde ejerció el comercio en la casa de don Plácido García durante dos años, adquiriendo los conocimientos y modalidades de los negocios de campaña, lo que le facultó para trasladarse luego a Coronel Suárez y posteriormente a Buenos Aires con la firma Costa y Rayo, donde actuó ya en el comercio mayorista e importador.
Dispuesto a abrirse camino en el interior, luego de permanecer dos años en la capital federal se dirigió a Bahía Blanca, entrando a formar parte del personal de la casa Duprat y Aguirrezabala, firma que lo designó más tarde empleado de su gran sucursal en Río Colorado que giraba bajo la denominación de Marcelino Gutiérrez y Cía. Don Federico quedó como dueño de la citada casa en el año 1904, lo que demuestra cuánta era su capacidad de trabajo y su contracción a las tareas del comercio de ramos generales. Mantuvo el negocio hasta 1908 en que resolvió trasladarse a Bajo Hondo, entonces en sus orígenes instalando con dos de sus hermanos una casa de negocio bajo el rubro de González Hermanos, casa que pronto logró afianzarse en la zona. Abandonó la misma en 1916, dejando a sus hermanos que continuaran los negocios y por su parte emprendió negocios ganaderos, en Bajo Hondo y en González Chaves.
En 1920 arrendó parte del campo "La Sidonia", que fue del señor Gustavo B. Coulembier, y que, al casarse con doña María Teresa Coulembier Rogg, vino a corresponderle a la esposa por partición de herencia.
En este campo don Federico edificó un hermoso chalet, dotado de cuantas comodidades pueden desearse, rodeándolo de un espléndido jardín y monte que lo recuadra en un marco de verde y sombra.
En el año 1932 adquirió el señor González Diez otro campo de 100 hectáreas cerca de Cabildo, en “La Crisantema”, que explota directamente bajo la vigilancia de uno de sus hijos.
Señor Raúl González Coulembier. |
Señor
Federico González Coulembier. |
Señor Abel González Coulembier. Fallecido el 11 de marzo de 1939. |
En "La María", posee don Federico hacienda vacuna y lanar, teniendo también tambo y granja. Nada escapa a la previsión del señor González que no escatima esfuerzo para que su explotación sea realizada sobre bases lógicas y diversificadas.
Es un hábil criador de la raza lanar "Caras Negras" y sus carneros puros por cruza, a campo, obtienen en las exposiciones rurales muy altos precios. Es uno de los más destacados criadores de tales animales en la zona y sus envíos a los mercados obtienen siempre una colocación fácil y remuneradora.
En la agricultura se especializa en la formación de tipos aclimatados puros, de semilla de trigo, muy solicitados en la región. De sus cualidades de sembrador, da cuenta el hecho de que en el año 1934, fue premiado en el Concurso del Ministerio de Agricultura con un diploma, dos argentinos oro y un Pasaje ida y vuelta a Buenos Aires, por una de sus muestras de trigo Kanred. Es digno de mencionar que en el acto de discernimientos de los premios efectuado por el ingeniero Duhau, la única señora presente era la esposa de don Federico, que fue felicitada por el ministro.
Del matrimonio de don Federico con doña Maria nacieron los hijos: Federico, Raúl y Abel. Este último contrajo una enfermedad en Comodoro Rivadavia donde prestaba su servicio militar, a consecuencia de la cual falleció, sumiendo en dolor a su hogar.
El
hermoso chalet de “La María”. |
Un lote de carneros “Caras Negras”, en el corral. |
Don Federico fue presidente de la Sala de Primeros Auxilios, y actualmente socio honorario de la misma, en mérito a sus donaciones para la construcción y mantenimiento de la hermosa obra benéfica.
Pág. 76 |