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Don Florencio A. Bustos
Don
Florencio A. Bustos y su señora esposa. Evocativa fotografía tomada en 1904.
Hablar del Sr. Bustos en la zona circundante de Bahía Blanca, es referirse a un poblador que por espacio de muchos años actuó en las actividades regionales, rurales, económicas y sociales, desarrollando su capacidad de trabajo y su amplia cultura.
Nació el Sr. Florencio A Bustos en Carmen de Areco el día 16 de marzo del año 1871, siendo sus padres don José Andrés Bustos y doña Ignacia Goldriz.
Carmen de Areco fue el "pago" de donde salieron los personajes camperos, sencillos y dignos, que inmortalizó la literatura argentina en tipos inmortales. El padre de don Florencio, podría figurar sin mengua en cualquiera de los libros que dignifican a aquellos criollos, mayordomos y capataces de estancia, que cuidaban grandes intereses ajenos y que se desvivían para dar cumplimiento cabal a sus obligaciones. Hogares que formaban en el respeto a los mayores y en el culto a las tradiciones, inculcando en sus hijos las sencillas pero elevadas máximas de la hombría y el bien.
Cerca de su padre, mayordomo de la estancia "Averías", en cuyos campos próximos a Chascomús tuvieron lugar algunos encuentros en la libertadora Revolución de Los Libres del Sud, en el año 1839, don Florencio aprendió las tareas rurales, desde el puesto más humilde: el de peón.
La edificación del campo.
Dotado de una inteligencia lúcida, el joven Bustos se instruyó por sí solo. Devorando libros y manuales, a la luz de las velas de sebo, en las interminables noches del campo, se hizo de una preparación y un saber que, bien pronto, debían llevarlo a él también a ocupar puetos de confianza en la dirección de los establecimientos rurales de importancia. Habiendo empezado como peón con el sueldo entonces corriente, de dos pesos mensuales, ascendió la escala hasta llegar a capataz con la asignación de 18 pesos por mes, el máximo de lo que los estancieros pagaban en aquel entonces. A los 21 años administraba un establecimiento en Junín y luego pasó a la estancia de los señores Carabassa y Marco del Pont. A la zona de Bahía Blanca llegó el señor Florencio A. Bustos en el año 1909, para hacerse cargo del establecimiento "San Ignacio", en el cual estuvo por espacio de muchos años, pasando luego a actuar por su cuenta, comprando una fracción de campo y levantando en el año 1932 la casa habitación que ilustra la fotografía, en el lote de tierra que explota, con agricultura y ganadería, en Paso Mayor, secundado por sus hijos.
Cuando se trató en Bajo Hondo de fundar una cooperativa de seguros contra el granizo, se acudió a la capacidad de don Florencio para organizarla. El dirigió la asamblea de constitución y presidió por espacio de 9 años sucesivos la sociedad "El Porvenir", de la que, andando el tiempo, ocupo el cargo de gerente por un período de siete años. Fue el señor Bustos de los organizadores mas entusiastas de la Sala de Primeros Auxilios desempeñando la vice presidencia por tres años, tocándole a él, en ejercicio de la presidencia, levantar el edificio que ocupa la sala. Actualmente es presidente de la benemérita institución, orgullo de Bajo Hondo.
Necesitando una escuelita en el paraje de Paso Mayor, se formó una comisión que recaudó fondos entre el vecindario.
Donado el terreno y conseguido el dinero, se levantó la escuela N° 43, hace siete años, a la cual ha dado desde su iniciación el señor Bustos buena parte de su tiempo y esfuerzos. Es presidente de la Sociedad Cooperadora que trata de mejorar continuamente la escuelita.
Además no existe en la zona ninguna obra de verdadero interés colectivo a la cual no haya prestado, don Florencio, antes y ahora, el fruto de su dedicación material y moral. El señor Bustos contrajo enlace el día 21 de mayo de 1904, en Junín, con doña Sofía M. González, argentina, de cuya unión existen los hijos: Ignacia Sofía, casada con el señor Aurelio Fernández; Esther Guillermina, casada con el señor Pedro Centoya; Florencio Alejo, casado con doña Ana Mercedes Conejo; Irma: Herminia; Jacinta Silvia; Julio Argentino; Abel Oscar; Dafne Amalia; Nora Ofelia y José Andrés. Insertamos la fotografía de don Florencio y su esposa, sacada hace muchos años, en una juventud, que debía ofrendar a la patria una numerosa descendencia.
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